...si es que existe, debe ser algo parecido a esto.
Un cordal interminable que nace encima de Fragen y continúa arqueándose hasta terminar en las faldas de la Peña Otal, en Tendeñera. Justo donde la espina dorsal tiene la curva lumbar se halla propiamente el cerro Mondiniero, a 2.300mts sobre el nivel del mar.
A esta altitud hay otro mar, inmenso, de tasca. Accesible sólo a pié. Vetado para nuestras monturas.
Vetado???
Desde que “aprendimos” que las rutas de bici no han de ser necesariamente siempre encima de ella el horizonte se nos amplió hasta casi el infinito. Y no es una exageración. Cambias el chip, te acomodas la bici al hombro “a la Sobrarbense” y pasito a pasito asciendes 500mts de desnivel en hora y pico de trekking.
Es lo que hicimos un día cualquiera de este mes de mayo.
Me moría de ganas por subir allí arriba, por disfrutar de sus apoteósicas vistas 360º. Pero sólo había una bajada y era muy mala así que no había necesidad aparente de embarcarse.
Y dando un paseo por Google encontré otra posible bajada: http://www.torla.es/senderos_torla/senderos/12/presentacion.html
Excusa encontrada!!! Convencí a Ángel (que ya se había embarcado aquí con antelación) y engañé a Bert. El fin justifica los medios a veces XD
La subida es larga pero agradecida, el trozo a pié es muy duro, y las vistas cortan el aliento. Sobrecogedoras. La vista de todo Tendeñera de frente, Ordesa y Bujaruelo, todo el macizo del Vignemale, el valle de Broto al completo, Collarada, Oroel, Guara... un mundo.
Luego la bajada… El tramo de tasca es precioso, fotogénico, evocador. Y allí acaba lo bueno de la ruta. El resto es un sendero descarnado por su uso ganadero, pedregoso y a tramos inciclable. Sólo tiene un trocito bueno, el resto o se sufre para ciclarlo (aún siendo muy trialero) o directamente se pone pié a tierra. Algún moratón guardo aún de las 3-4 veces que rodé por el suelo de intentar pasar por donde no podía.
Volvimos a casa contentos y cansados, pero con el regusto amargo de no encontrar una bajada que amortice la subida a tan mágico otero.
Luego, viendo las fotos del día casi da lo mismo cómo fue la bajada. El recuerdo que permanecerá es este…
A esta altitud hay otro mar, inmenso, de tasca. Accesible sólo a pié. Vetado para nuestras monturas.
Vetado???
Desde que “aprendimos” que las rutas de bici no han de ser necesariamente siempre encima de ella el horizonte se nos amplió hasta casi el infinito. Y no es una exageración. Cambias el chip, te acomodas la bici al hombro “a la Sobrarbense” y pasito a pasito asciendes 500mts de desnivel en hora y pico de trekking.
Es lo que hicimos un día cualquiera de este mes de mayo.
Me moría de ganas por subir allí arriba, por disfrutar de sus apoteósicas vistas 360º. Pero sólo había una bajada y era muy mala así que no había necesidad aparente de embarcarse.
Y dando un paseo por Google encontré otra posible bajada: http://www.torla.es/senderos_torla/senderos/12/presentacion.html
Excusa encontrada!!! Convencí a Ángel (que ya se había embarcado aquí con antelación) y engañé a Bert. El fin justifica los medios a veces XD
La subida es larga pero agradecida, el trozo a pié es muy duro, y las vistas cortan el aliento. Sobrecogedoras. La vista de todo Tendeñera de frente, Ordesa y Bujaruelo, todo el macizo del Vignemale, el valle de Broto al completo, Collarada, Oroel, Guara... un mundo.
Luego la bajada… El tramo de tasca es precioso, fotogénico, evocador. Y allí acaba lo bueno de la ruta. El resto es un sendero descarnado por su uso ganadero, pedregoso y a tramos inciclable. Sólo tiene un trocito bueno, el resto o se sufre para ciclarlo (aún siendo muy trialero) o directamente se pone pié a tierra. Algún moratón guardo aún de las 3-4 veces que rodé por el suelo de intentar pasar por donde no podía.
Volvimos a casa contentos y cansados, pero con el regusto amargo de no encontrar una bajada que amortice la subida a tan mágico otero.
Luego, viendo las fotos del día casi da lo mismo cómo fue la bajada. El recuerdo que permanecerá es este…