Fuesa, uno de los picos más bonitos del Pirineo central |
El pasado miércoles 13 de junio, en compañía de Moncho y
Moskowa realicé mi última jornada pirenaica previa al viaje a los Alpes, pues
dos días después, el viernes 15 ya embarcaba rumbo a Suiza.
En esta ocasión la idea era realizar una excursión sencilla
pero engañosamente larga. Subir al Culfreda o Batoua desde el Ibón de Urdiceto.
Los Culfredas (que son tres picos adyancentes unidos por una sencilla cresta)
forman la frontera francoespañola, al tiempo que cierran por el noroeste el
valle de Tabernes-Cinqueta de la Pez, frente al Bachimala. Se trata de picos
que superan por poco los tres mil metros, si bien su atractivo no radica en
ello sino en las crestas que les dan acceso desde el oeste. Crestas sencillas
pero hermosas, con unas hermosas panorámicas, y que al principio son lomas de
piedra recocida, dunas inmensas situadas por encima de los 2500m, un paisaje
inmenso y desolador, desierto a cuyos pies emerge la vida a borbotones en forma de agua
y plantas.
Ambiente árido y mortecino a 2600m |
A unas horas intempestivas (cosas del curro) iniciamos el
acceso en vehículo desde Ainsa hasta Urdiceto, aparcando poco antes del ibón,
junto al comienzo del sendero que lleva desde la pista al puerto de Urdiceto.
Son las 11 de la mañana cuando nos ponemos finalmente en marcha, por suerte con
un sol relajado que no parece tener ganas de cascarle con saña.
Primeros pasos, subiento al puerto de Urdiceto |
En poco rato hemos alcanzado el puerto y de frente se abre
el valle de Riomajou con sus minúsculos ibones entre prados de pasto. A
izquierda y derecha la cresta fronteriza. La idea de Moncho era descender un
poco por lado francés para posteriormente acceder de nuevo a la cresta a la
altura del puerto de Plan, si bien ya que estamos aquí le convenzo para
acometer la cresta entera ascendiendo de paso el pico Urdiceto, no muy alto
pero de unas vistas magníficas por como domina el ibón del mismo nombre.
Suelza, Fuesa y el Ibón de Urdiceto desde el pico |
Este tramo no es complicado para nada, pero sí entretenido y
a ratos expuesto, se van sucediendo las pequeñas trepadas a un lado y otro de
la cresta, siguiendo unos hitos muy bien dispuestos que evitan dar mas vueltas
de las necesarias buscando el mejor paso. Las caídas a los lados de la arista no
son especialmente profundas, si bien no hacen falta más que los 200-300m que
tenemos para apiolarnos.
En un abrir y cerrar de ojos se acaba lo bueno, y tomamos
una pendiente de roca desmigajada que nos deja en la loma cimera del pico
Urdiceto o De Las Tres Güegas (2597m). El sitio parece el torreón defensivo de
un castillo, sito en una esquina, y a cuyos lados, en forma de ángulo de 90º se
alargan las murallas, mas bajas, cerrando el acceso. Las vista de todo el valle
de Urdiceto, así como del puerto de
Plan, Suelza, Fuesa y el ibón, son espectaculares. Y girando la cabeza toda la
plana verde de Riomajou con los picos que lo circundan, entre ellos, allá al
fondo, nuestro objetivo: Culfreda.
La noreste de Suelza |
Descendemos el pico por una loma ancha y agradable que se
aleja en dirección noreste formando romas protuberancias que vamos a ir
salvando paulatinamente. El viento reinante refresca y se agradece, mientras
atravesamos el puerto de Plan y subimos a otro de los puntos elevados de la
loma: Tuca Montarruego (2636m), quizá el lugar donde más impresiona la
inmensidad de este paisaje lunar. Desde aquí una travesía nos deja a los pies
de las paredes norte de Peña Castillón, que flanqueamos salvando un nevero, y
en una nueva andanada de pasos nos llegamos a Peña Millaris (2581) y al puerto
de la Madera, famoso lugar de tránsito tiempo ha entre Francia y la Bal de
Chistau.
Bachimala de frente, paisaje tremendo durante la travesía lunar |
Una vez aquí, resguardados del aire tras una peña comemos
algo y rápidamente emprendemos el paso, buscando el punto donde la loma se
convierte en cresta, siempre fácil, con buena roca y sin restos de nieve por el
momento. Llegamos a un pequeño hombro donde la cresta de empina y el terreno se
vuelve mucha más quebradizo, la roca está triturada en “palillos” pétreos muy
característicos, y hay que ir con ojo porque resbalan lo suyo estos tramos. A
buen ritmo llegamos a la cima de Punta Cabalera (2902m), desde donde divisamos
lo que todavía falta hasta el Culfreda, una arista algo más aérea y complicada
(poco ehh) a la que precede una corta bajada hasta el collado anexo. Pequeños
neveros que todavía aguantan el calor motean de blanco el paisaje oscuro, zonas
que agradece especialmente Moskowa, quien con su amor desmedido por la nieve se
zambulle en el blanco elemento sin miramientos.
La roca desmenuzada de Punt Cabalera, al fondo las lomas fronterizas |
El camino, bien marcado por hitos, a ratos trepa sobre la
cresta, a ratos flanquea por lado español y el mayor “escollo” es un pequeña
canal que apenas tendrá grado I y que salvamos en un santiamén. Atravesamos unas cuantas franjas de nieve
blanda en las que le marco la huella a Moncho y llegamos a la cima sin tener
que sacar crampones, lo que siempre es un engorro para estos pasos cortos.
La boira impide ver el abismo norte |
Comemos un poco en la cima del Culfreda (3034m) y tras mirar
el acceso al siguiente pico (las otras cimas son más bajas que esta) y ver que
tiene una franja nevada que sí requeriría crampones, junto con la hora del día
(las 3 de la tarde) y las nubes que parecen cerrarse decidimos que no merece la
pena la hora que costará entre unas cosas y otras ir y volver a sendas cimas,
pues la vista al lado norte se haya cerrada por las nubes y a mi eso de coronar
dos tresmiles ”porque si” no es algo que me llame demasiado.
Moncho en la cima, aprisionado por las nubes |
Total que desandamos el camino de la ida, piano piano, con
los pies ya cansados y buscando las fotos, que la tarde, con el sol jugando
entre las nubes ha dejado unas luces fabulosas.
Los neveros son su juguete |
Llegados cerca del pico Urdiceto, para no perder mucho
tiempo de nuevo cresteando, nos inventamos un flanqueo por una traza de bichos
que nos deja sobre una larga pedrera, cansada pero que acorta sustancialmente
el recorrido de vuelta, llegando al Paso de los Caballos y al coche poco rato
después.
Tabernes al fondo, Moskowa en primer plano |
Gran jornada montañera con cerca de 1500m de desnivel
acumulado y un paisaje soberbio, buen tiempo y grandes fotos. Por el contrario,
llevar hoy botas de invierno (pensando ya en Alpes) con tanto calor me deja los
pies escaldaos y las uñas de ambos dedos gordos ennegrecidas por culpa de olvidarme
recortar mas las uñas y de unos calcetines más gruesos de lo debido y que
apretaban lo lindo la punta del pié. Esperemos que no molesten mucho porque hoy
una duele de lo lindo…
la soledad del montañero |