No he utilizado este blog para tratar temas políticos o de
actualidad, siempre ha sido mi reducto de aislamiento respecto a este mundo tan
engañoso que nos ha tocado vivir. Montaña y bici, libros y películas, prosa y
verso… buen lugar para olvidarme de todo lo de fuera, recordar sentimientos
vividos y conectarme conmigo mismo.
Hoy, y espero que sin que sirva de precedente voy a hablar
de un tema tan de actualidad en Aragón como la TCP (Travesía Central
Pirenaica). Para los que no lo sepáis, si es que hay alguno, se trata de un
proyecto para construir un macro-túnel de baja cota que atraviese los Pirineos
centrales de sur a norte. Dicho túnel, de unos 20-30km (aproximadamente,
podrían ser más pero lo dudo), se construiría para el tránsito ferroviario e
intensivo de mercancías. Y aparte de las paradas en Zaragoza y Toulouse, tal
vez tendría alguna parada extra en sitios como Huesca, Barbastro o Lannemezan.
O ni eso.
Esto viene a ser lo más probable. Cierto que en reuniones
con la
Fundación Transpirenaica (creada por y para contar las bondades del
proyecto) se nos comentó que había alguna posibilidad de que también pudiera
transportar viajeros, y que igual podría haber alguna parada más, pero no creo
que haya que ser muy espabilado para, viendo el espíritu de la obra, tener
claro que lo que se busca es un medio rápido para cruzar mercancías a través de
los Pirineos. Y desde luego eso a Sobrarbe creo que le da pocas o ninguna
ventajas.
Desde dicha Fundación también se nos indicó que la zona
elegida tendría contrapartidas. Bueno, pues esto tiene para mí una lectura
clara: si te dan una contrapartida por algo, es que ese “algo” no te va a ser
muy positivo. Nunca he visto que porque la Administración construya en una zona
algo bueno, yo que sé, una piscina cubierta, una carretera como la Yebra de
Basa – Fiscal, tenga aparte que dar contrapartidas positivas a dicha zona
(subvenciones, más servicios, etc).
La Fundación Transpirenaica, entre otras cosas nos puso como
ejemplo los túneles suizos que cruzan los Alpes, haciendo hincapié en el túnel
de San Gotardo, que conecta la parte italiana de Suiza (Lugano) con la germano
parlante. Esto en realidad son dos túneles,
uno de carretera ya construido en los 80, de 18km y el que se está acabando (se supone que para 2017)
de ferrocarril y 56km.
El valle del sur (
Cantón de Tesino), que viene desde Lugano es un valle que
tiene una cicatriz irreparable, está cosido a base de desmontes, de movimientos
de tierra, de plantas transformadoras de hormigón, de plantas de áridos, de
barracones, etc. Cada pocos kms encuentras una de estas industrias, varias de
ellas en evidente desuso y ruina, otras funcionando para el túnel que sigue en
construcción, pero que a no mucho tardar serán ya inútiles.
Ese valle, muy bonito de por sí, está irreparablemente
afeado. De cara a los habitantes del mismo, económicamente no supone mucho,
sino lo contrario, pues teniendo a pocos km ciudades como Lugano y sobre todo Milán
(muchos suizos trabajan en Italia), así como sus áreas industriales, todo esto
es asumible, pues no viven del turismo sino del transporte y el sector
industrial. Para ellos esta obra es positiva. El coste que supone el afeamiento
del medio, el paso de otra línea ferroviaria más que corte el valle, es
compensado por el impacto económico.
Sin embargo, el lado opuesto del túnel (en carretera sale a
la localidad de Wassen y el ferroviario lo hará cerca de Altdorf, ambas en el
Cantón de Uri) es diferente.
Lo que pude ver más, la zona de Wassen, es un valle más rural y sin el impacto
de grandes ciudades cercanas. Una zona preciosa, aunque sin la descollante
belleza de otras cercanas. Diferencia ésta que el hecho de pasar la obra no
hace sino aumentar.
Ensuciado, este
valle queda más como zona de paso que como destino en sí (lo que nos quieren
vender que seríamos, algo incierto).
Los mayores beneficiados en este lado del túnel,
turísticamente hablando son la zona de Lucerna - Lago de los Cuatro Cantones e
Interlaken, ambas cercanas a Wassen (pero cercanas como pueda ser Biescas de
Ainsa)
Y ojo, estoy hablando de una infraestructura, la suiza, que
permite el tránsito de pasajeros.
Lo que yo creo es que teniendo una comarca como la que
tenemos, Sobrarbe no puede permitirse un destrozo masivo del valle del Cinca.
Una línea de tren vallada que partiría la comarca por la mitad, que desde
Abizanda a Salinas retumbaría todos los días con el incesante paso de trenes de
mercancías que ni pararían ni dejarían beneficio alguno.
Qué beneficio dejará la TCP en Sobrarbe? Los ingresos por
15-20 años de obras? Obras que a buen seguro llegarán aquí ya contratadas por
grandes empresas, y como mucho los constructores locales se llevaran
subcontratas secundarias. Alojamientos y comidas? A buen seguro se construirán
barracones para los trabajadores como en otras obras faraónicas, y los hoteles
y alquileres de casas ganarán dinero, si, igual que lo perderán por turistas
que dejarán de venir hartos de ruidos, polvo y obras. Creéis que es fácil
volver a recuperar el turismo que se perderá (y muy rápidamente) durante estos
años, habida cuenta la oferta que hay en España y en el propio Pirineo? Yo creo
que será imposible recuperarlo, más aún cuando una vez acabado el túnel, toda
la industria e infraestructura creada por y para el trabajo, se dejará allí
pudriéndose a la intemperie y destrozando el entorno. Con lo caro que es, nos
creemos que se llevarán todas las graveras, industrias y desmontes que han
hecho, lo escobarán todo y replantarán césped y árboles?
Aún en el más que improbable supuesto que esos años de obras
den buenos réditos en la Comarca, qué legado dejaremos a nuestros
descendientes? Un territorio estropeado, el mayor valor que tiene nuestra
tierra, la naturaleza virgen, ajado y mancillado.
Y en caso (improbable) de ser transporte de turistas, estos
preferirían disfrutar de valles menos estropeados. Ahora estamos a 15min de
Campo y a 40 de Sabiñánigo, si esta obra se lleva a cabo no será antes de 30-40
años que esté terminada, y para entonces es de suponer que Ventanillo y Jánovas
tendrán nuevas carreteras con lo que en apenas media horas nos plantaríamos de
Biescas a Boltaña, de Labuerda a Benasque. Merece la pena que esta obra pase y
destroce el Cinca cuando podríamos tenerla a un paso en otros valles?
El señor
Paco Lacau lleva meses en campaña para que la TCP
pase por Sobrarbe, porque a Somontano le interesa (como zona industrial, más
similar al lado sur de San Gotardo, y con una Sierra de Guara que no se vería
afectada), y porque Sobrarbe se la trae al pairo. Seguro que si el trazado
fuese por el Vero no le haría tanta gracia. El resto de comarcas pirenaicas,
ninguna ha levantado el brazo pidiendo la obra para sí. Comarcas todas con
mucho mayor peso político en el Gobierno Aragonés que Sobrarbe, y por tanto con
más capacidad política para atraer beneficios. Estoy convencido que si la TCP
fuese tan ventajosa como la pintan, todas ellas se pegarían por albergarla, en
vez de dejársela al hermano pobre que somos Sobrarbe.
Porque la jugada es maestra: los inconvenientes, a Sobrarbe,
a ellos los años de obras, destrozos, ruidos y polvo. Y el territorio estropeado. Y en caso de que
puedan llegar viajeros, en 30 años nuestras comarcas estarán por carretera a un
paso de ese tren. Del andén a Benasque, Jaca o Biescas apenas habrá media hora.
Comarcas que no contarán con el destrozo de la obra. Porque yo tengo claro que
entre quedarme en una Escalona post TCP a pasar unos días o irme en un
santiamén a Biescas o Benasque, elijo esto último.
La única ventaja competitiva que tiene Sobrarbe ahora sobre
el resto del Pirineo es su medio natural, el más y mejor preservado de este
lado de la cordillera. Perderla sería catastrófico, especialmente porque
conforme pasen los años, las zonas de Pirineo que ya están adueñadas por el
ladrillo indiscriminado y las macro estaciones de esquí, lo estarán aún más, y
con ello las ventajas y el atractivo de un territorio limpio serán aún mayores.
Las oportunidades para Sobrarbe están todas ya dentro de la
Comarca, lo que hace falta es gestionarlas bien y potenciarlas. Y si puede ser,
contar con las mismas oportunidades que cuentan el resto de Comarcas
pirenaicas, tanto desde Gobierno de Aragón como desde la propia sede comarcal.