Desde siempre me han fascinado los almendros en flor.
Aviso de la primavera que llega con su sol, con sus pájaros, recordatorio del invierno que se aleja tras dejarnos nieve, agua y vida.
Eso era antes, de crío, cuando alrededor de Ainsa correteábamos al lado de los árboles, y tomábamos buena nota de donde estaban los menos vigilados para volver en Septiembre a por los frutos…
Aviso de la primavera que llega con su sol, con sus pájaros, recordatorio del invierno que se aleja tras dejarnos nieve, agua y vida.
Eso era antes, de crío, cuando alrededor de Ainsa correteábamos al lado de los árboles, y tomábamos buena nota de donde estaban los menos vigilados para volver en Septiembre a por los frutos…
Ahora ya el cambio climático ha modificado esto, aparecen muy temprano las flores (y no son recuerdo de lluvias ni fecundidad sino de carencia de agua), y con frecuencia se hielan con los fríos tardíos de pronto que han florecido.