Pese a que el día pintaba regular y llovía en Ainsa, decidimos tirar p´alante a ver cómo estaba por Pineta, y resultó lo acertado porque aunque a ratos borrasqueaba, el tiempo dió un respiro y pudimos llegar hasta la cascada de Lalarri, a medio congelar.
Comenzamos con una preciosa subida por el hayedo que ocupa la ladera que hay detrás del Parador, con menos nieve de la esperada, con lo que las raquetas subieron atadas a la espalda. Es un hayedo antiguo, con unos ejemplares inmensos que se mezclan con los árboles más jóvenes. Entre tanta belleza ascendemos y sin darnos cuenta hemos llegado a la explanada de Lalarri.
Este valle colgante, tributario de Ordesa, cuenta con una amplísima plataforma por la que serpentea el río.
Aquí la nieve nos invita a calzar las raquetas para movernos con mayor facilidad, y el paseo hasta la cascada se convierte en una delicia, con el circo frente a nosotros y a los lados, y la inmensa pared de Pineta detrás, formando un cuadrado de verticalidad que nos encierra.
La vuelta la hicimos por la pista que rodea toda la parte baja del circo, lo que déjó alguna buena instantánea del valle atardeciendo.
2 comentarios:
Pineta es sobrecogedor jorf.
Gracias por las fotos son de invierno total.
Gracias Bernat!!!
Tio, soy un privilegiado en vivir donde vivo y en saber disfrutar de sus maravillas!!!
Un barazo bien fuerte!!!
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