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Mañana típica invernal, foto Angelón |
El invierno en la Zona Zero es una época deliciosa para
andar en bici, en contra de lo que suele creerse. Aquí salimos bastante en esta
época, y os aseguro que cuando acabamos la ruta, no queremos un café con leche
bien caliente, sino una jarra de cerveza fría!!!
Si bien noviembre es un poco más lluvioso, los meses de diciembre
a febrero son bastante secos, lo que unido a la moderada altitud que tenemos
ofrece muchos días de sol y buen tiempo.
Qué ocurre para que esto sea así?
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Cerro de la Coasta y Pirineos nevados, gran combinación invernal! |
- El sol, debido a la orografía al este de la Zona Zero,
comienza a calentar desde pronto por la mañana, pues no hay grandes macizos
montañosos que le cierren el paso, y lo mismo ocurre, según avanza el día, por
el sur. Es por ello que las pocas horas de luz que deja el invierno están muy
bien aprovechadas.
- Las lluvias y nieves: Al igual que muy abierta por este y
sur, la Zona Zero está muy resguardada por grandes macizos montañosos al norte
y al oeste (Ceballos y Cancías, Sueiro, Pelopín, Tendeñera, Gabietos,
Treserols, Tres Marías…). De la misma forma, la gran mayoría de frentes que
dejan copiosas lluvias y nieves entran por el atlántico y el norte, y van
perdiendo fuerza conforme atraviesan estas montañas, con lo que cuando llegan a
la Zona Zero, las precipitaciones son más escasas o inapreciables, respecto a
lo que ha caído a pocos kilómetros en línea recta. Son precisamente los grandes
frentes venidos del sur y el este, esos que dejan nevadas en el levante y el
centro de España los que traen aquí las mayores nevadas.
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las brumas típicas de la inversión térmica |
- Inversión térmica: Este fenómeno meteorológico caracterizado
por el aumento de la temperatura con la altitud (al contrario que lo normal) es
muy común en el invierno de Sobrarbe. En las noches despejadas, el suelo del
fondo de los valles se enfría rápidamente (se le tapa antes el sol) y este frío
se traspasa al aire, algo que se ve amplificado por los ríos. Este aire, al ser
más pesado que el caliente de las laderas del valle, no asciende y le cuesta
muchas horas mezclarse, por lo que hasta bien entrado el día se puede apreciar
claramente la diferencia de temperatura, pudiendo estar a 1000-1500mt a 12-15ºC
y a 500mt a 5-7ºC (he llegado a pasar de -10ºC en Ainsa, 600mt, a las 8 de la
mañana, a estar a las 9 en la boca sur del túnel de Bielsa, 1650mt, a +2ºC).
- Esta combinación de factores, junto con la moderada altitud
(Ainsa y Boltaña están rondando los 600mt, y la mayoría de rutas se desarrollan
entre las cotas 500 y 1000mt) que hace que aún en el fondo de los valles no
haya apenas heladas dantescas, crea un microclima en la Zona Zero que resulta
casi idílico para la práctica de la BTT.
- La disposición de los caminos es también esencial. Hace
siglos, cuando se creó la vasta red de caminos que ahora conforman la Zona
Zero, el tiempo era más frío y lluvioso, y los caminos eran absolutamente
esenciales para la vida de las gentes de Sobrarbe. Es por ello que los
construyeron con mucha sapiencia, para evitar en lo posible terrenos helados,
barro, humedades duraderas y otros problemas que podrían dejarles mal
comunicados y que les obligarían a reparaciones demasiado frecuentes. Así que
siempre que es posible, estos caminos pasan por la ladera más soleada, por el
terreno más seco, por la zona más cálida. Esto, que a veces resulta en excesivo
calor veraniego, es una bendición en invierno.
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Treserols, y el pueblo de Cajol, en la Solana del Ara, por supuesto cara sur!! |
Todo es tan bonito?
Evidentemente no, hay algún peaje a pagar por salir en
invierno, pero siempre es menor que la recompensa.
- Cuando empiezas la ruta hace frío. Generalmente
se empieza a pedalear en el fondo de los valles, así que la primera media hora,
hasta que comienzas a ganar altitud y te calientas por el ejercicio, se ha de
salir bien abrigado. Para ello conviene traerse dos pares de guantes, unos más
gruesos para este rato, y los más finos para después. También un gorro bajo el
casco a primera hora se agradece, igual que un buff para el cuello, calcetines
calientes y una buena chaqueta de invierno cortavientos. Una camiseta de
repuesto también suele ser un buen consejo, pues conviene no llevar ropa sudada
que se ha enfriado, ya que como digo luego pasaremos calor y sudaremos.
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Sol de invierno empezando a calentar |
- El barro (aquí bardo). He aquí el gran enemigo
de la bici. Como en casi todos los sitios, hay rutas más o menos “bardosas”.
Principalmente es malo el barro “revenido”, el que se crea cuando se deshiela
el terreno. Para evitar tener problemas conviene asegurarse que las rutas que
vamos a hacer no sean proclives al barro (para eso se puede pedir consejo), y
si vamos a pasar por zonas de barro revenido, hacerlo pronto, antes de que el
sol transforme la tierra helada en superglue. Como la Zona Zero es prolija en
senderos (donde es más raro que aparezca barro), y como decíamos antes, los
caminos solían pasar por zonas lo más secas y soleadas posibles, hay una buena
cantidad de rutas en las que casi nunca hay barro (repito que siempre conviene
preguntar antes, no sea que vayas en uno de esos días :D )
- El día es corto. Por ello es complicado
embarcarse en rutones de muchas horas, pero saliendo a las 9-10 de la mañana
puedes comerte tranquilamente rutas de 5-6 horas que te dejan más que servido!!
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Apenas las 14h y las sombras alargan... |
- El peso. El extra de ropa siempre “jode”
llevarlo a las costillas, aunque el peso sea poco, psicológicamente da por
saco. Y eso de tener que ponerte-quitarte ropa cada dos por tres a veces es
molesto, pero no deja de ser una costumbre (si eres montañero seguro que estás
acostumbrado). Por otro lado, en invierno se bebe menos, con lo que ahorramos
peso en H2O ;)
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Biker duro donde los haya! Vaya si tragamos nieve ese día! foto Angelón |
- Las “embarcadas”. Alguna vez el exceso de
confianza te juega una mala pasada y pillas zonas heladas, con más nieve de la
que pensabas, con barro inesperado o se te hace tarde, sopla viento en lo alto…
A todos nos ha pasado alguna vez, y aunque ese día seguro que nos cagamos en
todo lo cagable, luego gusta tener de vez en cuando alguna de estas aventuritas
para contarlas con una birra en la mano, reírnos y enorgullecernos de ellas.
Eso forja el carácter de bikers duros!!
Ahora, para acabar, las ventajas de salir en invierno, que las
hay y no pocas!!!
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La Peña Montañesa bajo el sol de invierno al atardecer |
- El sol. Si, el sol de invierno, tan oblicuo él, que
da una luz especial tanto a los mediodías como al atardecer, que torna el cielo
y los montes de rosados, que dora las hojas caídas de robles y hayas. El sol de
invierno en el monte es mágico.
- El silencio invernal: y no sólo porque hay menos
gente por el monte, sino porque las migraciones, las hibernaciones y la
ralentización del “tempo” vital de muchos animales hacen que el invierno en el
monte sea muy silencioso, dotando al bosque de un silencio y un aura casi
sagrada, bajo cuyo influjo parece que se detenga el tiempo.
- La nieve. Bajar por un sendero nevado es una
gozada mayúscula (siempre que acertemos con la nieve: polvo, recién caída y no
dura o húmeda), y aunque te caes más veces lo haces en blandito J Y si no quieres nieve
en la ruta, siempre puedes disfrutar de ella admirándola en las montañas
nevadas que se dejan ver por todos lados en esta época. Rutear por el monte con
el Monte Perdido o la Peña Montañesa blanca impoluta es una maravilla para los
sentidos!!
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Trilogía de San Vicente con nieve recién caída, Yujuuu! |
- Las hojas. Ciclar senderos por bosques de
robles, hayas y otros caducos, en los que el suelo es una alfombra de hojas en
mil tonos ocres, rojizos o pardos, que se va levantando al paso de tu bici…
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Bosque mixto invernal |
Venga, que no tienes excusa para darte un garbeo por la Zona Zero este invierno, que desde verano hemos abierto multitud de nuevos caminos y rutas!!!
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