Desearía volver a recorrer los mismos caminos, desandar lo recién descubierto, sin tantas prisas, con tiempo para asimilar las experiencias y conocimientos que me voy a llevar dentro, de vuelta al mundo real. No faltarán recuerdos, ni fotos, ni siquiera tertulias sobre estos días, pero la sensación de vacío que se produce hoy, aún cuando todavía falta otro día entero para marcharnos, es abrumadora. Hasta este momento no me había preocupado pensar cuántos días llevábamos, ni los que quedaban, pero de repente, sabiendo que tenemos que devolver la camper en unas horas, he visto claro que nuestro tiempo aquí (espero que este sea el primero de otros viajes a esta tierra) se agota.
Claro que aún queda una sorpresa…pero es algo que aún desconozco.
Claro que aún queda una sorpresa…pero es algo que aún desconozco.
Preparo el desayuno, es raro que hoy yo sea el primero en levantarme, y acabamos de limpiar lo poco que falta, antes de ponerme al volante para recorrer los 100 últimos Km.
Enseguida llegaremos a Christchurch, y tras cruzar un montón de calles amanecemos en el local de Hedley para dejarle las bicis. Resulta que el día que lo conocimos nos dijo así como de pasada que si el día libre en Christchurch queríamos salir con el y sus colegas, y aún lo sigue diciendo, así que mañana por la tarde iremos con ellos a hincharnos de singletracks de esos.
Enseguida llegaremos a Christchurch, y tras cruzar un montón de calles amanecemos en el local de Hedley para dejarle las bicis. Resulta que el día que lo conocimos nos dijo así como de pasada que si el día libre en Christchurch queríamos salir con el y sus colegas, y aún lo sigue diciendo, así que mañana por la tarde iremos con ellos a hincharnos de singletracks de esos.
De allí a dejar las maletas en el hostel y luego a devolver la camper, en la otra punta de la ciudad, hago gala de mi orientación y nos plantamos en las oficinas sin equivocarnos ni una sola vez, Luís lo flipa, jejeje. Son muchos años buscando vacas por el monte…
Parece que todo está correcto, no hay defectos y hemos dejado las cosas limpias, así que no nos van a cobrar ningún plus (por suerte no han visto el chinazo en el cristal).
Nos llaman a un taxi que nos lleva al hostal, y ¡sorpresa! Esta vez no nos lo pagan y hemos de acoquinar 34$, con lo pelados que vamos ya de dinero neozelandés…
Nos llaman a un taxi que nos lleva al hostal, y ¡sorpresa! Esta vez no nos lo pagan y hemos de acoquinar 34$, con lo pelados que vamos ya de dinero neozelandés…
Una ducha y a dar unas vueltas por la ciudad. Nos tomamos un café en un starbucks, que tienen de los mejores cafés de NZ (cómo serán los otros!!) y hacemos alguna compra. De allí cogemos un bus urbano que nos traslada hasta las colinas que rodean la ciudad por el Sur. Un antiguo cráter volcánico inmenso, que explotó y dejó un agujero inmenso en el medio, con una entrada para el mar, que se ha convertido en una bahía encantadora, rodeada de escarpadas colinas cubiertas de pastos para las ovejas y los conejos, que se ven por doquier.
Hay mucha piedra volcánica, oscura y llena de aristas cortantes. Por aquí nos llevará Hedley mañana, pobres cubiertas, seguro que rajamos alguna. Es, de lejos, el lugar de toda NZ donde más piedras he visto, y eso que tampoco hay tantas. A la parte elevada se sube con una góndola, que no es nada barata y nos deja en un collado desde el que se ven ambos lados, tanto la ciudad, extensa y alargada, como la bahía del cráter, un precioso cobijo para barcos y astilleros. Hay excavado un túnel que pasa a través del monte y comunica ambas zonas, y por el que no deja de circular tráfico.
Bajamos de nuevo, y tras esperar al bus más de media hora, por fin aparece uno que nos devuelve a la ciudad. En el centro bulle la gente, es la hora de salir de los colegios y está todo lleno de adolescentes. Hay una diferencia entre ellos y sus mayores tremenda. Es curioso que los adultos suelen vestir de manera muy informal casi todos, ropa de sport, se ven pocos trajes y muchas sudaderas. En cambio los adolescentes en su mayoría visten ropas punks o góticas, con peinados extraños y actitudes “perdonavidas”. Sin embargo, los jóvenes de nuestra edad que hemos visto se parecen mucho a los adultos. Será una nueva hornada que viene, o es que les entra “conocimiento social” a todos al pasar a la universidad?? Serán los videojuegos y la tele?? O las grandes multinacionales?? Será el café??
Nos preparamos una cena con lo que nos sobraba todavía de la comida de la camper en la cocina común del hostel y a la cama.
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